¿RENDIRME?, ¡JAMAS!
Y es que
la verdad que muchos de nosotros fuimos golpeados duramente por el mundo
antes de venir a Cristo, muchos lloramos muchos, muchos sufrimos mucho,
muchos perdimos cosas que amábamos, pero todo por muy duro que parezca
nos hizo entender la necesidad que existía
en nuestro corazón de Dios y cuando reconocimos esa necesidad y le entregamos nuestra vida a Jesús todo nuestro panorama cambio.
en nuestro corazón de Dios y cuando reconocimos esa necesidad y le entregamos nuestra vida a Jesús todo nuestro panorama cambio.
Nadie
dijo que ser cristiano y tratar de vivir para Dios iba a ser fácil,
tampoco significa que es difícil, siempre nos enfrentaremos a
situaciones que pondrán a prueba nuestra fe.
En
ocasiones sentiremos que ya no podemos más, pensaremos en rendirnos,
pensaremos en abandonar todo el terreno ganado porque creeremos que las
fuerzas se nos ha acabado.
Habrán
momentos en los que nuestro ánimo se vendrá abajo y en donde lo único
que vamos a querer hacer es alejarnos de todo, cómo que si esa fuera la
solución.
Pero aun
en medio de las tormentas de la vida, de las tempestades que nos azotan,
de los tsunamis que quieran destruirnos y de los terremotos violentos
que ataquen nuestra vida, aun y con todo ello debemos seguir confiando
en aquel que nos enseño que sin Él nada somos.
Quizá los
últimos días tú que hoy me lees has sentido el deseo de rendirte, quizá
por tu mente ha pasado una y otra vez ese pensamiento de dejar todo,
pero, ¿Sabes una cosa?, Dios te
llamo y te restauro para que hoy te rindieras, de ninguna manera, Él te
llamo para conquistar y no ser conquistado, para vencer y no ser
derrotado, para creer y no dudar, para avanzar y no retroceder.
Hoy
quiero invitarte a que por un momento te pongas a pensar todo lo que
Dios hizo por ti desde aquel día en el que le entregaste tu vida. Al
pensara en ese momento, ¿Te recuerdas como era tu vida sin Dios?, ahora, ¿Cómo ha sido tu vida con Jesús?,
estoy seguro que ha sido el mejor tiempo de tu vida, por ello no puedes
rendirte porque vale la pena luchar para seguir cerca del Señor, vale
la pena luchar y no rendirte, porque Dios se merece todo tu esfuerzo.
¡Vamos!
Rendirse jamás será la solución, no puedes rendirte ante la adversidad,
si has tropezado y te sientes en el polvo debes levantarte e intentarlo
una vez más. Tú fuiste llamado para grandes cosas y todo lo grande
tiene un precio y parte de ese precio es soportar la adversidad, es
soportar lo difícil, porque sin lucha no hay victoria, y es que la mayor
satisfacción de la lucha es saber que no te rendiste y que por
consiguiente viste los resultados que esperabas ver.
Todo lo
difícil tiene su precio y cuando lo obtenemos nos damos cuenta que valió
la pena todo el esfuerzo, porque lo que Dios tenia preparado para ti
era mejor de lo que por tu mente paso.
Hoy es un
día para que te esfuerces una vez más, hoy es un día para renunciar a
esos pensamientos de derrota que te querían llevar a rendirte, hoy es un
día de entender que si Dios está con nosotros, ¿Quién contra nosotros?
¡Tú eres un vencedor en Cristo, así que: ADELANTE!
Salmos 27:14(RVR1960):
"Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;Sí, espera a Jehová".
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